6 de junio de 2011

¿Quién dijo estrés?

Vuelvo a sentir la necesidad de escribir. Suele pasarme cuando estoy triste, harta o frustrada. Y precisamente así estoy, frustrada por no poder escribir con sentimientos positivos. A veces creo que soy emo. Pero realmente estoy harta de la situación... no creo que sea tristeza, pero desde luego hay algo dentro de mi que grita por salir. Ojalá pudiera gritar yo.

No soporto cuando “esas cosas” ocurren. Sé que no son malas del todo, pero me hacen sentir así, y lo odio. Con todas mis fuerzas. Ni siquiera sé lo que estoy haciendo aporreando el teclado de esta manera, pero parece que me libera, así que creo que continuaré haciéndolo. Al menos hasta que se me pase el berrinche. Porque estoy segura de que es eso, un estúpido e infantil berrinche. ¿Por qué ahora? Tal vez simplemente me tocaba. Tengo la sensación de que tengo un calendario interno en el que vienen apuntadas las fechas de mis berrinches, así, al azar.
Claro, que también podría ser por acumulación de presiones. Dios... si hasta hace dos días estaba feliz de la vida... estúpidas matemáticas... Si, bueno, no sé por qué las nombro, pero de verdad me frustran en este momento. El caso es que esta noche se me tiene que pasar todo. Tengo que acabar con esta estupidez de una vez.

Anoche, casi sin darme cuenta, compuse una canción. Y no sonaba mal del todo. Pero como siempre, se me borró de la memoria en cuanto me acosté. No sé si debería llevar encima una grabadora por si me vuelve a ocurrir. Pero esta noche intentaré soñar con ella, y con un poco de suerte (mucha en realidad) me volverá a la memoria.

Mañana tengo que estar brillante, y no como los vampiros de Crepúsculo precisamente. Tengo que sacar esto adelante, por mi, por mis sueños. Quién sabe, quizá si lo hago bien, podré cumplirlos cuando me reencarne... a no ser que lo haga en un animal, que entonces lo veo difícil...

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